El interés de Mayr por los problemas ambientales comenzó en 1976, en la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia). Esta región, caracterizada por su gran diversidad cultural y ambiental, y complejidad política y socioeconómica, representa un microcosmos de la realidad colombiana. Es la montaña costera más alta del mundo, territorio tradicional de varios grupos indígenas (Kogi, Arhuaco, Wiwa) y el nacimiento de 35 ríos que abastecen de agua a más de 1.5 millones de habitantes. En la década de 1970, el cultivo ilegal de marihuana condujo a la tala indiscriminada de bosques y al recrudecimiento del conflicto armado por el control territorial. Por lo anterior, Mayr creó la Fundación Pro-Sierra Nevada, para trabajar con las comunidades indígenas, campesinas y los gobiernos locales, para proteger el medio ambiente y los derechos territoriales de los pueblos indígenas.
A partir de la percepción indígena de las relaciones el hombre y la naturaleza, sus formas culturales de adaptación a los diferentes ecosistemas de la Sierra Nevada y sus interrelaciones sociales y políticas, Mayr promovió el concepto de gestión bioregional compartida. La protección de las cuencas hidrográficas fue un tema central y facilitó la articulación entre los actores sociales e institucionales de la región. Esta importante labor, para las personas y los ecosistemas de Sierra Nevada, generó una mayor conciencia sobre la región y el reconocimiento internacional con el Premio Ambiental Goldman en 1993.
En paralelo al trabajo de la Fundación, Mayr es reconocido internacionalmente por sus esfuerzos en la promoción de la descentralización y regionalización dentro de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), donde se ha desempeñó como Vicepresidente y Representante Regional para América Latina.
Su firme creencia en la necesidad de una mayor participación de la sociedad civil como base para la protección del medio ambiente, el desarrollo sostenible y la buena gobernanza, también lo ha llevado ser reconocido por su trabajo de consultoría con el sector privado. Ha liderado proyectos que evalúan los impactos socioculturales de las actividades extractivas y posibles soluciones para resolverlos, así como la evaluación de los programas de cooperación que está llevando a cabo la Embajada de Holanda en Colombia.
La experiencia de Mayr a nivel ministerial, combinada con su perfil en el sector no gubernamental y su conocimiento del sector privado, le permitido presidir foros ambientales a nivel internacional, en donde se destaca por su capacidad para liderar negociaciones complejas, como la sesión extraordinaria de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) durante 1999 y 2000, que resultó en el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena. En 2000, Mayr presidió el octavo período de sesiones de la Comisión de Desarrollo Sostenible y en 2002 presidió el segundo período de sesiones ministeriales de alto nivel del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques. En 2003, Mayr fue invitado como miembro del Panel de Personas Eminentes sobre Relaciones ONU-Sociedad Civil del Secretario General de la ONU; y poco después se le solicitó unirse al Panel Blue-Ribbon para evaluar la política ambiental del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hacer recomendaciones y dar seguimiento a la implementación de políticas públicas.
Mayr fue embajador de Colombia ante Alemania (2011-2016), destacado por fomentar la cooperación entre ambos países en investigación, ciencia y tecnología, para la innovación y la competitividad.
Ha sido asesor del Coordinador Residente y Coordinador Humanitario de las Naciones Unidas para Colombia, trabajando especialmente con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); forma parte de la Comisión Nacional de Reconciliación, promoviendo el medio ambiente como elemento central para un camino sostenible hacia la paz y la reconciliación; y es miembro de la Junta Directiva de ICRAF, el Centro Mundial de Agro-forestería, con sede en Nairobi, Kenia.
Entre los reconocimientos nacionales e internacionales por su trabajo destacan: la Cruz de Boyacá otorgada por el Presidente de Colombia (2002); Orden al Mérito otorgada por el Presidente de Francia (2001); Orden de la Gran Cruz al Mérito otorgada por el presidente de Alemania (1999); Orden al Mérito Civil en el Grado de Caballero otorgado por el Rey de España (1999); El Premio Parker-Gentry a la Excelencia e Innovación en Conservación y Biología Ambiental, otorgado por el Museo Field de Historia Natural de Chicago (1999); Orden del Arca de Oro, otorgada por el Príncipe Bernardo de Holanda (1998); Premio Ambiental Goldman (1993); Distinción Nacional del Medio Ambiente otorgada por el Gobierno de Colombia (1993); Premio Dunning para la Conservación de Bosques Tropicales en América Latina otorgado por The Nature Conservancy (1990).
Además de ser un ambientalista, es un gran fotógrafo: tomó la primera fotografía de Ciudad Perdida en la Sierra Nevada. Mayr ha tomado fotografías profesionales a lo largo de su obra y ha publicado una variedad de artículos sobre ética, sostenibilidad, diversidad cultural y los territorios indígenas de Colombia.
